Es probable que ya haya oído hablar de Algarve.
Tal vez un amigo le haya descrito una de sus magníficas playas. Puede que haya visto un reportaje sobre su gastronomía o que ya haya pasado por sus manos un folleto.
Pero hay un Algarve que aún le queda por ver, saborear y explorar: el Algarve de las personas.
Hace casi tres mil años que fenicios, cartagineses, griegos, romanos, godos, magrebíes y mauritanos hacen lo mismo que usted, pasar por aquí. Fue cambiando de dueños hasta que, en 1249, Al-Gharb (Occidente) fue definitivamente conquistado al mundo islámico por Don Sancho II, que pasó a ostentar el título de Rey de Portugal y del Algarve.
Desde entonces las gentes de Algarve poseen un orgullo que les incita a revelar a los visitantes los secretos más inconfesables de la región, grandes entusiastas que no se cansan de compartir sus playas favoritas, pequeñas aldeas escondidas y sendas naturales o de recomendar el mejor restaurante para comer almejas…