Desentrañando la historia tras los Cristos Muertos del Algarve

Desentrañando la historia tras los Cristos Muertos del Algarve

La radiología ejerce hoy en día un papel clave en el estudio del patrimonio artístico y religioso y arroja numerosos detalles inimaginables.

Hace falta una nota preliminar antes de proceder a la redacción del texto. El autor de este artículo es tan cómplice de este proyecto como otros que deben ser mencionados aquí: Daniel Santana, historiador de arte del Ayuntamiento de Tavira; Jorge Pereira, médico-radiólogo; y Francisco Lameira, profesor de la Universidad de Algarve. A todos estos nombres, cada uno en el oficio que mejor sabe, cabe una tarea que puede ser una página importante en el conocimiento del patrimonio artístico y religioso algarvio. La constitución del grupo de trabajo, multidisciplinario en su formación, muestra que mirar sobre el patrimonio deja de tener apenas un solo punto de vista. Hoy en día no cuenta sólo tener la historia del arte como recurso en la observación de una pieza y en la preparación de su respectiva hoja de inventario. Puede ser insuficiente. Existen otras técnicas y herramientas, a la partida extrañas en asuntos relacionados con el patrimonio, extremadamente útiles y valiosas. La radiología es uno de ellos y que tiene un peso fundamental en el éxito de este emprendimiento.

Un examen radiológico a uno los bienes cultural puede ser una verdadera caja de sorpresas. A través de esto tenemos el acceso a un conjunto de datos sin que la pieza tenga que ser sacrificada en su integridad física. Podemos conocer los detalles de su estado de conservación, pormenores de su técnica constructiva, aspectos de antiguas intervenciones de restauración y hasta características de los materiales utilizados. Toda esta riqueza de información puede ser obtenida para los Cristos Muertos o cualquier otra pieza artística.

Pero centrémonos por ahora en los Cristos Muertos y en las casi cuatro docenas de imágenes de todo el Algarve. Salvo los municipios de São Brás de Alportel y Vila Real de Santo António segundo el estudio de Francisco Lameira dedicado a la imaginaria y a la talla algarvia. La elección de esta representación de la figura de Cristo se debe desde luego a la facilidad de transporte, sino también a su adaptación sin problemas a los aparejos radiológicos y a los procedimientos de exames de una tomografía computarizada (TAC).

Por otro lado, se trata de una imagen que la mayor parte del calendario religioso se encuentra discreta y sólo en la Pascua gana protagonismo en las procesiones de Entierro del Señor. Está pues vinculado a la historia, a las tradiciones religiosas y la cultura cristiana de esta región. Son figuras de gran drama simbólico y de enorme dramatismo, como de resto se pretendía dar tal efecto junto a los fieles, sobre todo en una jornada en que requiere la compasión y el dolor. Existen de diferentes tamaños, algunos con fechas y de autores conocidos, otros sin fechas y de artistas anónimos. Unas mas primoreadas del punto de vista estético, otras con un recorte más modesto. La mayoría de madera y un solo caso en papel maché en la Misericordia de Tavira. Algunos articulados en los hombros y otros sin ninguna rotación en sus miembros. Sin embargo prevalece en todas ellas la figura yacente en cuerpo entero de Cristo en su dimensión humana, sin vida, herido y ensangrentado desde la cabeza a los pies. Van a estar sobre la mesa diferentes componentes del estudio y entendimiento de estas imágenes.

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El plan de investigación, que va guiar la acción de este grupo de trabajo y que en el futuro se espera resultar en una publicación, que incluye elementos tales como el análisis de la riqueza histórica y estética de estas obras, los talleres de escultura, los maestros y las clientelas, los rituales de Cuaresma y procesiones del Señor Muerto (en una clara alusión al patrimonio cultural inmaterial), el examen radiológico, los trabajos de restauración y el catálogo. Una imagen que se estima bastante completa y que introduce una forma completamente nueva de lectura en la evaluación de la herencia religiosa algarvia. Hasta hoy lo que se conocía de los Cristos Muertos se reducía a lo que la vista nos facultaba y también a alguna documentación identificada en los archivos. Con la Radiología no nos quedamos simplemente con el aspecto del cuerpo y el estado físico del Cristo. Hemos sido capaces de ver la forma en que fue construido, se está decaído en el interior, si tiene males viejos y los materiales que le dan sustento. Podemos plantear preguntas y poner en duda todo lo que habíamos dado por garantido sobre la fecha o el estilo de la pieza.  Sin embargo, todos ellos basados ​​en hechos y evidencias creíbles y concretas, sin espacio para grandes especulaciones o sospechas.

Así que tenemos aquí una oportunidad para distinguirnos y posicionarnos como una región en un lugar cimero en el estudio del patrimonio cultural. No es casualidad que toda la región está aquí llamada a dar su contribución entre las autoridades locales, museos, parroquias y diócesis. Todos son fundamentales y el Algarve solamente se beneficia de planos innovadores, originales e inspiradoras, revelando su arte y su historia en una imagen nunca antes vista. Se abre una nueva vía en la investigación del patrimonio cultural, en el diagnóstico del estado de conservación de los bienes artísticos y en la organización de proyectos museológicos. Un ejemplo a seguir y que puede crear otras frentes de trabajo.

Algarve Hoy agradece al Dr. Marcos Lopes, director del Museo Municipal de Faro, su colaboración en este artículo.

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