La exposición recoge obras de Zurbarán, Murillo, Juan del Castillo, Marcos da Cruz o Bento Coelho
En el siglo XVII, la ciudad de Sevilla es una de las localidades españolas más prometedoras, sólo superada por la capital madrileña. Un auténtico mundo que une un puerto comercial que conecta con Nueva España, una vida intelectual animada, una economía en crecimiento, que a su vez se traduce en un aumento demográfico y en la expansión urbana, con más palacios e iglesias.
Este escenario será el ideal para la creación de una clase adinerada y para una clientela bien informada, que va a contratar a los mejores maestros de la pintura un conjunto de obras que hoy todavía se conservan. Entre estos nombres están Zurbarán, Murillo, Juan del Castillo y Valdés Leal, precisamente los maestros que van a estar presentes en las obras seleccionadas para esta exposición. Son ellos, juntamente con otros nombres, los que van formar la escuela sevillana y que van a ser los responsables de la atracción de innumerables adeptos por su arte, por su técnica, por la frescura de los colores, por la emoción de los temas y por el naturalismo de las figuras.
Entre los seguidores están portugueses y hasta algarvíos, que acaban por trabajar para su región. Es por ello que esta región se ha dejado influenciar por lo que se practicaba en Sevilla y que representaba una alternativa a otros centros de producción en Italia o incluso en España. La capital andaluza traía ahora una nueva frescura en la pintura barroca y por su proximidad se hacía más barata la compra de obras. Además de la compra directa a Sevilla, se podía comprar en Portugal a maestros que entre tanto habían sido contaminados con esta escuela que iba dando de qué hablar. Están entre los nombres portugueses que se mostraron afinidades con estas nuevas tendencias Marcos da Cruz, Bento Coelho y Domingos da Cunha, que van a estar representados igualmente en la exposición.
En el fondo, la exposición refleja la relación histórica de Faro y Sevilla, pero sobre todo la proximidad de la escuela sevillana del siglo XVII y la producción de obras que se ha hecho para algunos templos religiosos del Algarve, evidenciando claramente la diferencia de calidad, pero también los nuevos temas y enfoques que estaban apareciendo en la pintura barroca. Destacamos por último que esta exposición es una oportunidad única de apreciar las obras de los mejores nombres de la escuela sevillana, artistas que por norma sólo están disponibles en los mejores museos del mundo.
La inauguración está prevista para el día 22 de julio, quedando la exposición abierta al público en el Museo Municipal de Faro hasta el 24 de septiembre.
