La herencia árabe en el Algarve, influencia de otros mundos

La herencia árabe en el Algarve, influencia de otros mundos

Durante siglos, vivieron en el Algarve pueblos bárbaros y romanos, pero fueron los árabes los que más influenciaron y caracterizaron la región. 500 años – del siglo VIII al siglo XIII – que dejaron herencias culturales, toponímicas, arquitectónicas, económicas y sociales.

De la presencia musulmana en el Al Garb, que en árabe significa “a occidente”, únicamente se hicieron olvidar los vestigios religiosos, para que el cristianismo ocupase su lugar. Las mezquitas fueron sustituidas por iglesias católicas, quedando hoy sólo tres modestos morabitos en Alvor.

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El paso de los moros por el sur del país dejó, sin embargo, muchos otros testimonios, principalmente en el nombre de las poblaciones – Alferce, Albufeira, Alcoutim, Alcantarilha, Aljezur – y en otras palabras empezadas por “al”. La arquitectura de las casas, especialmente en las azoteas, en la forma cúbica de los edificios, en las decoraciones de las fachadas blancas y en las chimeneas decoradas.

La herencia musulmana es todavía evocada en varios monumentos, como testimonian los conservados castillos de Silves, Paderne y Salir o las fortificaciones y paredes adaptadas de Alcoutim, Tavira, Loulé, Faro y Aljezur.

En relación a este legado, la arqueología ha venido recogiendo materiales que permiten desvendar la vida cotidiana de las comunidades moriscas en el Algarve, que pueden ser observados en varios museos de la región.

Los ingenios de agua, las técnicas agrícolas, las artes de pesca que pasan de generación en generación, y las leyendas de moras encantadas, que a los antiguos les gusta contar, son otras pruebas de pasaje de los árabes por aquí, que aún hoy pueden ser observadas.

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