La playa da Luz, en Lagos, está asociada a una pequeña estancia balnearia muy cosmopolita, donde un paseo empedrado acompaña el frente del mar, ofreciendo terrazas soleadas y cierta animación.
El paseo, flanqueado por grandes palmeras, se funde al oeste con las murallas de la fortaleza originariamente construida para proteger la iglesia de la Luz de los ataques de los moros.
En la parte inferior de la muralla, ya en la playa, una extensa plataforma rocosa de colores cálidos, y muy esculpida por el mar, exhibe fósiles marinos, anémonas, bellotas de mar, lapas y bígaros, envueltos por un tapete de algas verdes.
Fuera del alcance de las mareas crecen en estas rocas de tonos ocres plantas típicas de los acantilados como la alcolecha.
Hacia el este, el acantilado se eleva, grisáceo y muy erosionado por el fluir de las aguas.
En este blanquecino acantilado tallado en calcáreos y margas, una formación rocosa muy oscura sobresale en el paisaje: es la llamada Rocha Negra, un filón volcánico de la Sierra de Monchique que se extendió hasta el mar.
Esta bahía de aguas tranquilas es propicia para la práctica de deportes náuticos: windsurf, kitesurf, vela y submarinismo, contando con diversas instalaciones de apoyo a disposición de los veraneantes.
Acceso a la Playa da Luz
Acceso peatonal a través de la población de Luz (señalizada en la EN125, a unos 7 km de Lagos).
Aparcamiento organizado.
Diversas servicios (restaurantes y WC) y vigilancia en la época de baño.
Playa accesible.
Orientación: Sur/Sudeste.
