Los visitantes pueden presenciar el espectáculo de las aves y la rica y aromática flora de la arena.
En Garrão, que surge a continuación de Vale do Lobo, los peñascos dan lugar a vastos campos de dunas, cubiertos por vegetación típica, que se extienden por las barreras arenosas de la ya cercana Ría Formosa.
El arenal acompaña a dos valles divididos por un peñasco bajo: en el valle del oeste se ha formado la llamada Laguna das Dunas Douradas y en el valle del este surge la laguna de Garrão, de menor consideración.
Ambas zonas húmedas son de agua dulce, una rareza en la línea de costa, y muy apetecibles para las aves acuáticas.
Un paseo peatonal a orillas de la laguna de las Dunas Douradas invita al visitante a observar las diversas aves que por aquí se alimentan, descansan o nidifican, como la focha común, el pato real o el emblemático calamón.
La línea de pinos que se ven desde Quarteira, aquí con su manto natural, flanquea los espejos de agua, ofreciendo protección y resguardo a la vida acuática.
Una red de pasarelas atraviesa la duna y, al recorrerlas, el visitante puede observar la rica y aromática flora de la arena.
Acceso a la Playa de Garrão Oeste y Este
Acceso por vía asfaltada a partir de Escanxinas, en la carretera entre Quarteira y Almancil, siguiendo en dirección a Vale do Garrão durante cerca de 6 km.
Aparcamiento ordenado y amplio.
Instalaciones complementarias (restaurantes, WC).
Vigilancia en la época estival.
Orientación: Suroeste.