Alte inaugura el monumento a los combatientes de guerra

Alte inaugura el monumento a los combatientes de guerra

El pueblo de Alte recibió ayer al ministro de Defensa Nacional, João Gomes Cravinho y a la secretaria de Estado de Recursos Humanos y Excombatientes, Catarina Sarmento e Castro, para la ceremonia de inauguración del Monumento a los Combatientes de Alte.

La escultura, de Daniel Vieira y Renata Pawelec, se distingue por sus diversos elementos simbólicos que remiten a las vivencias de los combatientes. Así, la mesa del Algarve representa a la familia que, según ha explicado el presidente de la Junta, António Martins, «se ve mermada en su funcionalidad y estabilidad por falta de una pierna, así como a la familia con la ausencia del combatiente». Otro elemento de la obra es un reloj, roto y sin manecillas, que hace referencia al tiempo de encargo, un tiempo que perdura y que agrava el anhelo y aumenta el dolor de la separación. La ausencia del número 11 en el dial nos recuerda a los 11 jóvenes de Altamonte que fallecieron en el extranjero, para quienes el tiempo definitivamente se ha detenido. También está el casco sobre la mesa que representa el regreso, la misión cumplida y el regreso a la familia. A su vez, el agujero de bala en el casco recuerda las vidas tomadas por la guerra.

Vítor Aleixo, presidente de la Municipalidad de Loulé, recordó a los hombres de esta tierra que partieron al campo de batalla y que ahora tienen el justo homenaje en una obra que “hace un fuerte llamamiento a la paz, la serenidad y la conciencia”. “En las guerras africanas murieron 11 combatientes de Alte”, y en la Primera Guerra Mundial “se movilizaron 123 jóvenes de este municipio. En su mayoría campesinos, partieron hacia Angola, Mozambique y Flandes. Lucharon heroicamente, algunos murieron y otros regresaron con secuelas físicas y psicológicas que los acompañaron hasta el final de sus días”, contextualizó el alcalde.

El Ministro de Defensa Nacional destacó la importancia de las iniciativas para honrar a los excombatientes, porque “Honrar la memoria es un gesto fundamental para una sociedad que se quiere respetar a sí misma. Reconocer a los excombatientes, a los que murieron en combate y a los que hoy están entre nosotros, es una deuda que tiene Portugal en el presente en relación con Portugal en el pasado y el reconocimiento de esta deuda es un elemento clave en la construcción del país que queremos en el futuro».

Con raíces en Alte, João Gomes Cravinho no quiso dejar de hablar de la dimensión personal del momento, porque algunos de sus familiares son parte de los homenajeados, como es el caso de António Gomes Cravinho, uno de los 123 altenses que partieron a luchar en Flandes, en 1917, “hay cientos de miles de familias portuguesas que llevan consigo esta experiencia histórica y profundamente personal”, subrayó el ministro.

Para el presidente de la Liga de Combatientes, Chito Rodrigues, “Alte se suma hoy al reconocimiento que viene haciendo el Portugal profundo en los últimos años. Lápidas, patrones y cerca de 400 monumentos erigidos con el mismo propósito y el mismo sentimiento esparcidos por todo el país y el exterior, dan testimonio de respeto, marcan públicamente el aprecio, graban en piedra y hierro para que no olviden la permanencia de la gratitud y de la memoria de los que lucharon y se enamoraron de Portugal”.

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